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Cuando Patrick Hernández grabó “Born to Be Alive” en 1978, pocos imaginaron que aquel sencillo cambiaría su vida para siempre. Lanzada originalmente en noviembre de ese año, la canción explotó en 1979, en el ocaso de la música disco, convirtiéndose en un fenómeno global que hoy, 45 años después, sigue siendo una fuente inagotable de ingresos.
La historia del tema comenzó en 1973, cuando Hernández —un joven músico francés, hijo de padre español y madre italo-austríaca— compuso la canción en un estilo cercano al rock. La versión inicial nunca se publicó. Años más tarde, con la producción del belga Jean Vanloo, el tema fue transformado en una pieza disco vibrante, grabada en estudios de Bélgica con sintetizadores y una línea de bajo irresistible.
El sencillo fue rechazado por varios sellos, hasta que Aquarius Records apostó por él. Italia fue el primer país en acogerlo, otorgándole un disco de oro apenas en enero de 1979. A partir de ahí, el éxito fue imparable.
Récords mundiales y cifras históricas
“Born to Be Alive” se convirtió en uno de los mayores éxitos de la era disco. Las cifras respaldan su leyenda:
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Más de 25 millones de copias vendidas en todo el mundo.
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Certificaciones internacionales: platino en Canadá, oro en Estados Unidos y Alemania, y plata en Reino Unido.
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Números uno en listas de países como Francia, España, México, Suecia, Noruega, Australia y Dinamarca.
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En Estados Unidos, fue número 1 en la lista Billboard Disco y alcanzó el puesto 16 en el Hot 100, un logro significativo para un artista europeo debutante.
El álbum homónimo Born to Be Alive, lanzado en Francia a finales de 1978 y en EE. UU. a inicios de 1979, vendió más de un millón de copias solo en América, consolidando a Hernández como un fenómeno internacional.
Patrick Hernández: del anonimato a la cima
Nacido en 1949 en Le Blanc-Mesnil, Francia, Patrick Hernández había pasado por varias bandas locales antes de apostar por su carrera en solitario. Con “Born to Be Alive” no solo alcanzó la fama mundial, sino que acumuló más de 50 discos de oro y platino, convirtiéndose en millonario de la noche a la mañana.
Un dato curioso que muchos desconocen: en su cuerpo de baile para las giras de 1979 figuró una joven Madonna, antes de convertirse en la Reina del Pop. Aunque su colaboración fue breve, la anécdota forma parte del mito del tema.
Un solo éxito que paga toda una vida
Hernández no logró repetir el fenómeno con canciones posteriores como “Disco Queen”, lo que lo convirtió en un “one-hit wonder”. Sin embargo, su único éxito sigue pagando su estilo de vida cuatro décadas después.
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En entrevistas, el artista ha confirmado que recibe entre 800 € y 1 500 € al día en regalías, lo que equivale a más de 200 000 € anuales, gracias a la reproducción constante de su tema en radio, TV, plataformas digitales y licencias comerciales.
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Algunos cálculos elevan sus ganancias a cerca de 800 000 € al año, especialmente en años en los que su canción es utilizada en campañas publicitarias o películas de alto perfil.
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“Patrick is still living like royalty from the royalties of this one song… set for life”, afirman los fans en redes como Reddit.
Born to Be Alive en el cine y la cultura pop
La vigencia de la canción se explica también por su presencia en películas, series y anuncios. Algunos de los títulos más destacados son:
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Skatetown, U.S.A. (1979): pieza esencial de la banda sonora, símbolo de la época disco.
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Vegas Vacation (1997): incluida en esta comedia protagonizada por Chevy Chase.
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The Wog Boy (2000): utilizada en una escena clave, conectando con el humor y el tono de la película.
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Climax (2018): el director Gaspar Noé la utilizó en versión instrumental para su controvertido film.
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Versiones especiales aparecieron en películas como Poltergay (2006) y Le Skylab (2011), donde se interpretó una versión jazz por la actriz Julie Depardieu.
Además de aparecer en cine, “Born to Be Alive” sigue sonando en comerciales, series y playlists temáticas de Spotify y Apple Music, reafirmando su estatus de clásico atemporal.
La fórmula del éxito eterno
El secreto del tema es simple: un ritmo contagioso, un mensaje positivo y una producción impecable. La frase “Nacimos para estar vivos” conecta con cualquier generación, y su estilo disco mantiene el poder de levantar a la gente de la silla.
El impacto económico es igual de contundente. Hernández es autor, compositor e intérprete, lo que significa que recibe ingresos de todas las vías posibles:
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Streaming y descargas en plataformas como Spotify y Apple Music.
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Emisiones de radio y TV en todo el mundo.
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Licencias para publicidad, cine y series.
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Cobros de derechos en eventos y compilaciones de música retro.
Legado vivo y futuro asegurado
Pocas canciones pueden presumir de seguir siendo rentables después de más de cuatro décadas. “Born to Be Alive” es una de ellas. No solo fue uno de los temas más vendidos del final de la era disco, con más de 27 millones de copias estimadas, sino que su fuerza cultural ha resistido modas, géneros y nuevas generaciones.