
Refuerzo de la Seguridad en la Frontera Norte de México
En un contexto de creciente preocupación por el tráfico de drogas y la migración no autorizada, México ha tomado medidas drásticas para fortalecer la seguridad en su frontera norte. Este reforzamiento se centra especialmente en el estado de Sonora, en el marco de un acuerdo entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Despliegue de la Guardia Nacional
Un contingente de al menos 120 miembros de la Guardia Nacional ha llegado a Hermosillo, la capital del estado de Sonora. Este movimiento es parte de un despliegue total que abarcará 10,000 efectivos, quienes se distribuirán en estados fronterizos clave como Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Objetivos del Despliegue
La principal meta de esta estrategia es combatir el tráfico de fentanilo y la migración hacia Estados Unidos. Los elementos de la Guardia Nacional llevarán a cabo operativos en carreteras, aduanas y diversas áreas, tanto rurales como urbanas, con el fin de hacer frente al tráfico de drogas, armas y prevenir la migración no autorizada.
Coordinación y Acciones
Las autoridades mexicanas han establecido una colaboración cercana con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Este esfuerzo incluye patrullajes terrestres y aéreos, el uso de drones, así como la supervisión del muro fronterizo, todo orientado a prevenir ingresos ilegales y a desmantelar redes de contrabando de personas.
Críticas y Reacciones
El acuerdo ha generado críticas desde la oposición en México, quienes argumentan que el despliegue de la Guardia Nacional beneficia más a Estados Unidos que a la propia seguridad nacional. Se han expresado preocupaciones sobre la posibilidad de que otras regiones del país queden desprotegidas, aunque la presidenta Sheinbaum ha insistido en que no habrá repercusiones negativas en la seguridad de otras áreas del país.
Acuerdo y Aranceles
Como resultado de este convenio, se logró una pausa temporal en la aplicación de aranceles a productos mexicanos por parte de Estados Unidos, lo que ha sido valorado como un logro por parte del gobierno de Sheinbaum. No obstante, la oposición ha calificado esta situación como una «victoria pírrica», señalando que solo se ha logrado ganar tiempo en un problema más complejo.