
En los últimos días, el municipio de Aramberri ha lanzado varias iniciativas centradas en la salud pública y la protección del medio ambiente. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es si estas acciones representan un verdadero compromiso del nuevo gobierno municipal o si se trata de esfuerzos temporales en sus primeras semanas de gestión.
Una de las iniciativas más destacadas ha sido la campaña de descacharrización, que anima a los ciudadanos a deshacerse de chatarra, metales, plásticos y electrodomésticos en desuso. El objetivo principal es prevenir la propagación del dengue y otras enfermedades asociadas a la acumulación de residuos. Sin embargo, algunos críticos advierten que estas acciones son superficiales y no abordan los problemas estructurales en la gestión de residuos del municipio, lo que podría limitar su efectividad a largo plazo.
En el contexto de la campaña «Juntos contra el dengue», se están promoviendo prácticas preventivas, como la eliminación de fuentes de agua estancada y el uso de repelentes. A pesar de la importancia de estas medidas, persiste la inquietud sobre si el gobierno mantendrá su apoyo a largo plazo. Dado que el dengue es un problema creciente en la región, se preguntan si estas iniciativas serán sostenibles o si, una vez que pase la atención inicial, caerán en el olvido.
Otro avance significativo ha sido la implementación de un servicio de ambulancias 24 horas, en colaboración con la Secretaría de Salud del Estado de Nuevo León. Este servicio es crucial para mejorar el acceso a la atención médica en un municipio que ha enfrentado serios desafíos en este ámbito. No obstante, existe preocupación sobre la sostenibilidad de este apoyo estatal: ¿se garantizará la disponibilidad de unidades y equipo suficiente para atender las necesidades de los ciudadanos de Aramberri?
Aramberri se encuentra en un momento decisivo, con iniciativas que podrían tener un impacto positivo en la vida de sus habitantes. Sin embargo, es fundamental que la comunidad mantenga un escrutinio activo sobre estas acciones. La interrogante persiste: ¿están ante un cambio real en la gestión municipal o simplemente ante un despliegue de actividades que ocultan problemas más profundos? Solo el tiempo podrá esclarecer la respuesta y el futuro del bienestar en Aramberri.