
Un equipo de investigadores japoneses ha revelado el descubrimiento de 300 líneas de Nasca previamente desconocidas en el desierto peruano, gracias a la aplicación de la inteligencia artificial (IA). El hallazgo fue anunciado el lunes 23 de septiembre por el arqueólogo Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata, durante una conferencia de prensa en la embajada de Japón en Lima.
Sakai explicó que el uso de la IA ha permitido mapear la distribución de los geoglifos de manera más rápida y precisa, duplicando así el número total conocido de estas enigmáticas líneas, que tienen más de dos mil años de antigüedad. Este proyecto fue una colaboración entre el Instituto Nasca de la Universidad de Yamagata e IBM Research.
Entre las figuras recientemente descubiertas, se encuentran «geoglifos gigantes de tipo lineal» que representan principalmente animales silvestres, así como «pequeños» geoglifos en relieve con motivos relacionados con la actividad humana, que incluyen figuras humanas y camélidos domesticados.
La investigación destaca que para identificar estas 303 nuevas formaciones se analizó una vasta cantidad de datos geoespaciales obtenidos desde aviones, lo que permitió establecer áreas prioritarias para estudios de campo. Sakai comentó que el método tradicional de identificación visual de geoglifos a partir de imágenes de alta resolución era lento y tenía el riesgo de omitir algunos de ellos.
El uso de tecnología de IA facilitó una “investigación acelerada”, logrando identificar estos geoglifos en un periodo de seis meses de trabajo de campo. Según el estudio, esto representa un aumento de 16 veces en la tasa de descubrimientos, demostrando el impacto positivo de la inteligencia artificial en campos como la arqueología.
Este hallazgo es particularmente notable dado que los 430 geoglifos de Nasca conocidos hasta ahora tardaron casi un siglo en ser descubiertos. La investigación ha sido publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), de la National Academy of Sciences de Estados Unidos, subrayando la relevancia de estas innovaciones tecnológicas en la investigación arqueológica.