Ismail Haniyeh, líder de Hamas, fue asesinado en la madrugada del miércoles en Teherán. El ataque, ampliamente atribuido a Israel aunque no confirmado oficialmente por el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, ha desatado amenazas de venganza y ha intensificado los temores de una escalada del conflicto en Oriente Medio.
El asesinato de Haniyeh se produjo poco después de que asistiera a una ceremonia de juramentación del nuevo presidente de Irán. La Guardia Revolucionaria de Irán y Hamas confirmaron la muerte de Haniyeh, destacando que este incidente podría llevar la batalla a «nuevas dimensiones» y tendría repercusiones importantes.
El ataque se suma a la reciente afirmación de Israel sobre la eliminación de un comandante de Hezbolá en Beirut, en represalia por un ataque mortal en los Altos del Golán. Estos eventos parecen obstaculizar las posibilidades de un alto el fuego inminente en la guerra en Gaza, que ha durado casi diez meses.
El grupo militante palestino Hamas y la Guardia Revolucionaria de Irán han prometido represalias. Irán declaró tres días de duelo nacional y responsabilizó a Estados Unidos por su apoyo a Israel. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, advirtió que Israel había creado las condiciones para un castigo severo, y que era deber de Teherán vengar la muerte de Haniyeh.
En respuesta al ataque, el gobierno israelí ha elevado su nivel de alerta ante posibles represalias iraníes. El portavoz David Mencer indicó que Israel está comprometido con las negociaciones de alto el fuego y con la liberación de rehenes israelíes en Gaza.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, evitó comentar sobre el asesinato de Haniyeh, destacando la importancia de un acuerdo de alto el fuego para evitar una escalada regional. Aseguró que Estados Unidos no tenía conocimiento ni estaba involucrado en el ataque.
Qatar, que ha estado mediando en conversaciones para detener los combates en Gaza, condenó el asesinato, calificándolo como una peligrosa escalada del conflicto. Egipto y varios países, incluyendo China, Rusia, Turquía e Irak, también condenaron el ataque.
El presidente palestino Mahmoud Abbas y facciones palestinas en Cisjordania han convocado a una huelga y manifestaciones masivas en protesta por el asesinato. En Gaza, los residentes temen que la muerte de Haniyeh prolongue el devastador conflicto.
Haniyeh, designado líder de Hamas en 2017, había estado operando entre Turquía y Qatar debido a las restricciones en Gaza, participando en negociaciones de alto el fuego. Su muerte se produce en un contexto de violencia continua, con el conflicto en Gaza ya causando más de 39,400 muertes y una crisis humanitaria que afecta a más de 2 millones de personas.
Además, la situación se complica con el riesgo creciente de una mayor guerra entre Israel y Hezbolá, tras el reciente ataque en los Altos del Golán y la muerte del alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, cuyo fallecimiento aún no ha sido confirmado oficialmente por el grupo libanés.