La Liga MX tiene definidos a los equipos que disputarán la Liguilla y los cruces que marcarán el rumbo hacia el campeonato.
La Liga MX tiene definidos ya a los equipos que disputarán la Liguilla y los cruces que marcarán el rumbo hacia el campeonato. La fase regular dejó una tabla muy cerrada en los primeros puestos, con Toluca, Tigres, Cruz Azul y América como los clubes más sólidos del certamen, seguidos por Monterrey y Guadalajara, quienes aseguraron su clasificación sin necesidad del Play-In.
Toluca finalizó como líder general con 37 puntos y llega a la fase final como el equipo más estable del torneo. Los Diablos, dirigidos por Antonio Mohamed, mostraron solidez defensiva, variantes ofensivas y un funcionamiento maduro durante todo el semestre. Para encarar la Liguilla realizaron una concentración especial en Cancún con el objetivo de afinar detalles. Su rival será FC Juárez, conjunto que venció 2-1 a Pachuca en la segunda llave del Play-In para obtener su histórico primer pase a la fiesta grande. Antes, el cuadro hidalguense había eliminado 3-1 a Pumas, mientras que Juárez había perdido 3-1 ante Xolos, por lo que llegó a este duelo obligado a reaccionar, situación que logró cumplir.
Los Bravos disputarán la primera Liguilla de su historia, un logro que añade dramatismo al enfrentamiento. El cruce representa un choque de contrastes: un Toluca descansado, con identidad y funcionamiento definido, frente a un rival que llega con desgaste físico, pero con ritmo competitivo y un importante impulso anímico. Aunque el superlíder parte como favorito, la historia reciente de la Liga MX demuestra que los equipos provenientes del Play-In suelen convertirse en adversarios difíciles de superar.
Tigres, sublíder del torneo con 36 puntos, protagonizará otro duelo atractivo al enfrentarse a Xolos de Tijuana, equipo que remontó su partido ante Juárez tras ir abajo 1-0 y terminar ganando 3-1. Los felinos, ahora dirigidos por Guido Pizarro, han encontrado un estilo dinámico basado en el talento de refuerzos como Ángel Correa y en el crecimiento de jóvenes como Ozziel Herrera. La serie promete intensidad, ya que Xolos cerró el torneo con orden, agresividad y un futbol vertical que complicó a varios rivales. En su visita más reciente al Volcán, durante la Jornada 15, compitieron de manera frontal pese a caer 2-0, confirmando que pueden enfrentar a Tigres sin complejos. Jugadores como Kevin Balanta, Nahuelpán, El Ghazouani y Bullaude han elevado el rendimiento del equipo. Tigres parte como favorito por estabilidad, plantel y contundencia, con Brunetta, Correa y Herrera en gran forma, pero cargando con la responsabilidad de validar su segundo lugar general.
En otro cruce, Cruz Azul y Chivas revivirán una de las rivalidades más intensas del futbol mexicano. La Máquina cerró con solidez, con equilibrio en todas sus líneas y una defensa que se mantuvo entre las mejores del torneo. Chivas llega con un cierre irregular, pero suele crecer en instancias definitivas y cuenta con elementos capaces de romper partidos parejos. La eliminatoria apunta a definirse por detalles: la contundencia celeste, la capacidad en duelos individuales y la habilidad rojiblanca para atacar espacios marcarán el rumbo de la serie. Se perfila como uno de los enfrentamientos más equilibrados de la ronda.
Finalmente, América y Monterrey protagonizarán una de las series más atractivas del torneo. Las Águilas llegan con una ofensiva poderosa y un plantel acostumbrado a las exigencias de la Liguilla. Monterrey tuvo un semestre de altibajos, pero posee nombres de peso como Sergio Canales, Lucas Ocampos y Germán Berterame, jugadores capaces de desequilibrar en cualquier momento. En el papel, es el cruce más parejo: planteles amplios, técnicos experimentados y estilos bien definidos. Además, existe un antecedente reciente que suma picante: la final del Apertura 2024, donde América venció 2-1 (global 3-2) para coronarse en el Gigante de Acero, un recuerdo que seguramente influirá en la eliminatoria.
Con estos cruces, el Apertura 2025 presenta una de las Liguillas más competitivas de los últimos años. Los equipos llegan con distintos argumentos: estabilidad, experiencia, juventud, poder económico o impulso desde el Play-In. Lo cierto es que, a partir de ahora, cada partido se convertirá en una batalla táctica y emocional en busca del título del fútbol mexicano.