
Un nuevo caso de presunta negligencia médica ha generado indignación en Tamaulipas, luego de que una adolescente de 14 años diera a luz en el baño de la Unidad de Medicina Familiar No. 13 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tras haber sido rechazada en varias ocasiones por el personal de urgencias.
La menor, identificada como Camila, acudió la tarde del lunes 5 de agosto a la clínica del IMSS en Matamoros presentando fuertes contracciones. Según el testimonio de su madre, el personal médico se negó a internarla bajo el argumento de que aún no presentaba dilatación suficiente. A pesar del evidente avance en el trabajo de parto, le fue negada la atención en múltiples ocasiones a lo largo de la noche.
Fue hasta la madrugada del martes, cerca de las 5:00 horas, cuando Camila entró al baño de la clínica y, sin ningún tipo de supervisión médica, dio a luz a una niña de 3.66 kilogramos. Tras el parto, personal de salud acudió para brindar los primeros auxilios, y tanto la madre como la recién nacida fueron trasladadas al área de urgencias.
La madre de Camila, Nubia Álvarez interpuso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos por presunta negligencia médica y denunció que, tras grabar lo sucedido, fue amenazada por personal del IMSS, quienes presuntamente intentaron impedir la difusión del caso.
El Instituto Mexicano del Seguro Social reconoció la demora en la atención y emitió un comunicado informando que revisará los protocolos aplicados por el personal involucrado.
EMBARAZO ADOLESCENTE: UNA REALIDAD ESTRUCTURAL EN MÉXICO
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 se registraron 363,159 nacimientos de madres menores de 19 años en México. De estos, 7,048 correspondieron a niñas de entre 10 y 14 años, lo que representa el 13.7 % del total de nacimientos en adolescentes. Aunque estas cifras muestran una ligera disminución respecto a años anteriores, México sigue figurando entre los primeros lugares de embarazos adolescentes entre los países de la OCDE.
Especialistas en salud pública y derechos reproductivos han señalado como principales causas la falta de educación sexual integral, el acceso limitado o nulo a métodos anticonceptivos, los tabúes en torno a la sexualidad, la presión de pareja, y en casos más extremos, la violencia sexual o el abuso infantil.
Por otro lado, en muchas comunidades, particularmente en contextos rurales o marginados, las niñas enfrentan entornos de pobreza, abandono escolar y una escasa oferta institucional que brinde alternativas reales para su desarrollo. De hecho, estudios del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que hasta el 90 % de las adolescentes de 15 a 19 años en México no usan métodos anticonceptivos en su primera relación sexual.
Además, en una tabla difundida recientemente, construida con datos oficiales de la Secretaría de Salud para el año 2024, se documentaron 30 casos extremos en los que niñas menores de edad —algunas apenas de 10, 11 o 12 años— fueron madres con hombres significativamente mayores que ellas. En un caso, una niña de 12 años fue madre de un bebé cuyo padre tenía 65 años, una diferencia de 53 años. En otro, una menor de 10 tuvo un hijo con un hombre de 32, y se reportaron casos con brechas de hasta 69 años.
Sin embargo, y aún con estos datos, la percepción de la población atribuye los hechos como una consecuencia del impacto de la crianza y el entorno de los menores.
Clara Bautista / Periódico El Nuevo Órden