
La Lista Marco: Implicaciones en la Política Mexicana
El reciente artículo de Salvador García Soto en El Universal pone de relieve las preocupantes ramificaciones de la «Lista Marco». Esta herramienta operativa, impulsada por el gobierno de Estados Unidos bajo la directriz del secretario de Estado, Marco Rubio, ha captado la atención no solo de políticos mexicanos, sino también de la opinión pública en general. La lista incluye a 44 individuos del ámbito político, administrativo y militar en México, tanto en funciones como retirados, que son sospechosos de tener vínculos con organizaciones criminales transnacionales, abarcando cárteles del narcotráfico y redes de contrabando en sectores críticos como el fiscal, energético y financiero.
Entre los nombres destacados se encuentran figuras políticas notables como Marina del Pilar, gobernadora de Baja California, y Alfonso Durazo, gobernador de Sonora. La inclusión de estas personalidades plantea interrogantes sobre la integridad de las instituciones en el país. Además, la lista está vinculada con escándalos como el «huachicol fiscal» y el contrabando de gasolina estadounidense en México, donde emergen financistas como Sergio Carmona Angulo, señalado como patrocinador de campañas políticas del partido Morena, utilizando recursos provenientes de actividades delictivas.
Como consecuencia de esta identificación, el gobierno de Estados Unidos ha comenzado a imponer sanciones a los nombres incluidos en la lista. Estas sanciones se traducen en la cancelación de visados y la emisión de notificaciones formales que evidencian su supuesta conexión con organizaciones terroristas extranjeras. Este escenario se basa en normativas de seguridad nacional que forman parte del marco legal estadounidense, como el Patriot Act y las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), respaldadas por diversas agencias de seguridad de EE. UU.
La «Lista Marco» no es solo un instrumento que afecta la carrera profesional de sus mencionados, sino que también revela una lucha más amplia contra la corrupción y el crimen organizado que trasciende fronteras. La interacción entre Estados Unidos y México en este contexto subraya la necesidad de colaboración en la lucha contra el crimen transnacional y plantea importantes interrogantes sobre el futuro de la política y la seguridad en la región.