
La muerte de Yahaira, una joven de 23 años, dentro del centro de rehabilitación SINADIC ha destapado una olla de grillos en torno a las condiciones en las que operaba este lugar. Las compañeras de la víctima han denunciado públicamente los malos tratos, castigos físicos y condiciones insalubres a las que eran sometidas.
Según los testimonios de las jóvenes, el encargado del centro, conocido como «El Padrino», y otras tres mujeres, sometían a las internas a castigos crueles como privación de alimentos, agua y sueño durante largas horas, así como golpes y humillaciones constantes.
«Nos trataban mal, nos daban comida echada a perder con gusanos, tenían cucarachas, al agua tenía como larvas de dengue, o sea, no había higiene»
Denunció una de las internas.
Las jóvenes también relataron que eran aisladas de sus familias y que se les negaban productos básicos como toallas sanitarias. Aquellas que intentaban escapar eran sometidas a castigos aún más severos.
Tras la muerte de Yahaira, las internas, con el apoyo de sus madres, exigieron justicia y denunciaron los hechos ante las autoridades. La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León ha iniciado una investigación y se espera que los responsables sean llevados ante la justicia.